5 consejos para cuidar los ojos en el verano


5 consejos para cuidar los ojos en el verano

En esta estación, los rayos del sol más directos son radiaciones que llegan a nuestro cuerpo, alteran el metabolismo de la piel y lo atraviesan. Crean las condiciones favorables para que las conjuntivitis se propaguen. Cómo prevenirse.

1. Tomar sol con los ojos cerrados y con protector.

El consejo es que sobre los párpados se usen los protectores más suaves ya que estarán expuestos solamente los momentos en que estaremos “tomando sol”. Mientras que sobre la frente, nariz, mejillas y hombros usaremos protectores más fuertes, ya que estarán expuestos mucho más tiempo no solamente en la playa sino cuando vamos, volvemos o simplemente caminamos por las calles.

2. Usar lágrimas artificiales.

Los ojos mantienen un cierto nivel de lágrimas que, como un film, protegen al ojo del calor y de pequeños cuerpos extraños. El sol y el viento evaporan estas lágrimas con mayor velocidad que en ambientes cerrados o en invierno, por lo que el uso de lágrimas artificiales, de las cuales hay numerosas marcas en el mercado, serán muy útiles para llevar a la playa o a la piscina. Recuerde que las radiaciones provenientes del sol llegan, también, en forma indirecta reflejadas por la superficie del agua.

3. Utilice anteojos de sol.

En cuanto a las radiaciones solares, las ultravioletas lesionan finamente la superficie del ojo produciendo un ardor persistente. También, por la simple exposición y con los años son causa de enfermedades oculares. Solamente, el uso de anteojos con especial protección contra los rayos ultravioletas protegerán verdaderamente los ojos. Así es que debe elegirse con cuidado los anteojos, ya que deben tener un sistema de protección contra estas radiaciones.

4. Anteojos de sol para los niños.

¿A toda edad se requiere esta protección? Diría que sí, pero depende de la época del año y de la cantidad de horas que se estará expuesto al sol. Si va a ser todo el día y en zonas cercanas donde el sol se siente con más fuerza como en el Brasil y el Caribe, incluso, los niños deberán usar estos anteojos y gorros con viseras.

5. Un riesgo del verano son las conjuntivitis epidémicas.

Así como en invierno aparecen las “gripes,” que cada año presenta un tipo de virus distinto el que afecta a la mayoría, lo mismo ocurre con las “conjuntivitis del verano”. Suelen ser provocadas por virus y a pesar de tener una forma habitual de presentarse, cada año tienen sus propias características:
Toman, normalmente, un ojo y, sólo a veces y tiempo después, contagian al otro.
No suelen tener mucha secreción pero sí producen una sensación de arenilla. Se acompañan de un tumorcito algo doloroso delante de la oreja del mismo lado, que no es más que un ganglio inflamado.
A veces, pueden producir fiebre y dolor de garganta. Se las suele llamar “conjuntivitis de las piscinas” porque algunas cepas de este virus prefieren las aguas tibias para reproducirse. Pero cada año es distinto y se limitan por sí solas en pocas semanas no dando tiempo precauciones.

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