Este elemento en exceso puede estar relacionado a diversas causas, por ejemplo los genes y la raza. Se sabe que las personas mediterráneas tienden a tener más vello.
También influyen los desordenes hormonales debidos a la pubertad, menopausia y embarazo e incluso hasta hay quienes presentan en demasía hormonas masculinas llamadas andrógenos.
Sin embargo, el problema puede ya necesitar tratamiento médico concreto cuando se debe a un mal funcionamiento de glándulas o al síndrome de cushing, que aparece ante la abundancia de la hormona cortisol.
La mujer tiene varias formas de mejorar el aspecto de su rostro manipulando el vello ya sea decolorándolo, depilándolo asiduamente con pinza, cremas o cera, o bien de forma definitiva a través del láser o la electrólisis.
Cualquiera sea el método elegido para enfrentarlo, hay que conseguir un equilibrio entre el aspecto que queremos lograr y la salud de nuestra piel, eligiendo la opción más adecuada según la causa del exceso del vello, el tipo de cutis, el producto menos tóxico y la propensión a alergias que cada una posea.
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