Perfumes que seducen


Cuando hacemos referencia a la palabra “perfume” de inmediato pensamos en una fragancia agradable. A veces nos hace recordar a una persona, un lugar o un momento determinado. Pensamos en flores, en frutas, en maderas, en árboles, en el mar y así lo relacionamos con la naturaleza y quizás con alguno de nuestros sentimientos ocultos…

¿y porque no pensar en el perfume como un arma de seducción? Hombres y mujeres lo usamos, a veces por costumbre y otras para causar fascinación y atención del sexo opuesto, ¿Pero qué es lo que nos hace tan susceptibles a una fragancia, que provoca atracción por la persona que la luce en su piel?

Para conocer un poco de la historia de los perfumes nos tenemos que remontar a la prehistoria, dónde los hombres de aquellos tiempos descubrieron los olores que se desprendían de las ramas de unos árboles por el contacto de estas con el fuego. De esa manera comenzaron a incinerar maderas agradables con el fin de ofrecer su aroma a los dioses.

La fabricación de perfumes para el uso de las personas surgió en Egipto y allí nacieron las primeras fragancias naturales de los más variados tipos. Desde ese momento la perfumería se expandió hasta ser, hoy en día, una de las industrias más demandadas por sus clientes y, también, la más rentable.

¡Así que manos a la obra! El perfume también es un accesorio de belleza y, gracias al sentido del olfato, el más eficaz a la hora de seducir.

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