Dieta Atkins: así adelgazan las famosas


Ideado por un cardiólogo estadounidense, el método no se basa en cuánto se come, sino en cómo se come. Famosas como la actriz Elizabeth Hurley, la política Sarah Palin o la cantante Rihanna, mantienen su peso gracias a este sistema, que cuenta con la actriz Courtney Thorne-Smith (Melrose Place) como imagen de marca.
“El método Atkins es mucho más que una dieta, es un estilo de vida que permite controlar el peso de forma saludable, fácil y sin pasar hambre a largo plazo. Sin el miedo al temido efecto "yoyó" y que convierte a quien lo sigue en un experto nutricionista” comenta el portugués Joao Da Silva, responsable para el sur de Europa de este sistema de control de alimentos.

VIGILANDO LOS CARBOHIDRATOS

En lugar de vigilar la ingesta de calorías hay que controlar los carbohidratos. Este es el punto que diferencia este método del resto de dietas, junto con un plan sano y equilibrado en el consumo de proteínas y grasas saludables, así como la incorporación en las comidas de una amplia gama de verduras de alto contenido en fibra, y frutas.

“Antes de lanzar este sistema al mercado, un grupo de investigadores de varias universidades norteamericanas hicieron cincuenta estudios con otras tantas personas, elegidas al azar, para que se sometieran durante seis meses a nuestra dieta", remachó Joao Da Silva.

Se calcula que el 44 por ciento de los adultos estadounidenses siguen una dieta de control de los carbohidratos y que los países latinoamericanos de Chile, Colombia y Argentina son los que más secundan este método.

Según nos dice el experto, durante las dos primeras semanas que dura la primera fase del método ideado por el cardiólogo estadounidense Robert Atkins, se pueden comer alimentos ricos en proteínas y nutritivos, como carne, pescado, aves, huevos, marisco y grasas saludables como el aceite de oliva o el aguacate, si bien hay que reducir los hidratos de carbono a tan sólo veinte gramos por día, de los que doce deben proceder de los vegetales.

“En una fase posterior vamos reincorporando progresivamente a la dieta alimentos más carbohidratos, siempre que su introducción no altere el nivel de azúcar de la sangre ni el apetito”, subraya Da Silva, de 32 años, que pesaba cien kilos en agosto de 2009 y consiguió bajar veinticinco en dos meses con este sistema.

Como en cualquier dieta, nos remacha Da Silva, es imprescindible hacer cinco comidas diarias, beber al menos ocho vasos de agua para ayudar al cuerpo a eliminar toxinas, y también es importante, para acelerar la pérdida de peso, realizar un mínimo ejercicio físico diario. Caminar a paso rápido durante media hora puede servir.

“La primera fase es la más restrictiva, por lo que se provoca una pérdida de peso muy rápida, pudiendo llegar a perder hasta seis kilogramos; esta fase puede prolongarse en el tiempo en aquellos casos en que se requiera perder mucho peso”, subraya Da Silva, afincado en España con su familia desde hace dos años.

Da Silva recomienda tomar en este periodo suplementos de vitaminas, minerales y Omega3, para contrarrestar la falta de vitaminas provenientes de las frutas, que en esta primera parte del tratamiento no pueden tomarse, lo que también ayudará a eliminar toxinas.

EN BUSCA DEL NIVEL DE TOLERANCIA

En la segunda fase de la dieta comienzan a reintroducirse progresivamente nuevos alimentos y se aumenta semanalmente la ingesta de carbohidratos “hasta encontrar nuestro nivel de tolerancia, es decir, el total de gramos de carbohidratos que podemos comer a diario para que el cuerpo siga quemando grasa y persista la pérdida de peso”, subraya el representante para Europa Sur de esta firma.

Cuando nos queden tan sólo cinco kilos por perder, se inicia la tercera fase de “pre-mantenimiento”, en la que se aumenta la ingesta de carbohidratos cada semana, a la vez que se siguen introduciendo nuevos alimentos a la dieta, como vegetales, frutas, legumbres y cereales de forma lenta y progresiva, “para asegurar que ninguno de ellos provoca una vuelta a antiguos hábitos alimentarios” advierte este experto portugués.

“Cuando lleguemos al punto en que el cuerpo deja de quemar grasas y el peso se mantiene estable durante un mes, habremos alcanzado nuestro “equilibrio de carbohidratos”, una cifra diferente en cada persona, que se corresponde al nivel máximo de ingesta de carbohidratos diarios que nos permite mantener el peso”, nos explica Joao.

“Y así llegamos a la cuarta fase o de “mantenimiento”, que será la nueva forma de comer aprendida para el resto de la vida, en la que se incluirán los alimentos permitidos en todas las fases y que, en caso de aumentar nuestro peso en 2,5 kilos, nos hará volver durante una o dos semanas a la fase tres hasta recuperar el peso anterior”, explica Joao Da Silva.

Para Da Silva, este método se denomina también el de los “amigos de los diabéticos” porque sus niveles bajos de azúcar protegen de la diabetes, “además de satisfacer el apetito, acelerar el metabolismo, evitar el almacenamiento de grasa, obtener un mayor ahorro de energía que las dietas bajas en grasas, y mejorar los factores de riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares”.

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