El problema de los poros abiertos


Son las mujeres quienes parecen más preocupadas por el tema, esta problemática no distingue géneros ni edades.

Afectan principalmente la llamada Zona “T” del rostro (frente, nariz y mentón) y hacen que la piel luzca irregular, menos tersa y poco luminosa.

Como muchas de las afecciones del cutis -como granitos, barros y espinillas blancas-, los poros abiertos se deben a un exceso de grasa segregada por las glándulas sebáceas. Es ese exceso el que obstruye y agranda los poros. De modo que quienes padecen de piel grasa, son los más propensos a su aparición. Es posible que tu navegador no permita visualizar esta imagen.

¿La mala noticia primero? Una vez abiertos los poros no vuelven a cerrarse.

¿La buena? Sí pueden disminuirse hasta hacerse imperceptibles, prevenir su aparición y evitar que, una vez abiertos, sigan agrandándose.

Aquí, como en todo lo que concierne a la salud, no existen curas milagrosas. Lo más recomendable es recurrir en principio al dermatólogo ya que los tratamientos difieren de acuerdo al grado de afección y al tipo de piel de cada persona.

Sin embargo, sí es conveniente seguir algunos consejos a modo preventivo: mantener la piel libre de impurezas limpiándola diariamente, quitarse el maquillaje con cremas limpiadoras, usar regularmente productos exfoliantes para remover las células muertas y, principalmente, llevar una dieta saludable baja en grasas.

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