Tener un buen estado de salud es un anhelo que no escapa a ningún hombre. El mundo de hoy con sus corridas y sus trajines, nos pide fuerza y vitalidad no solo para combatir el estrés sino también las enfermedades cada vez más frecuentes y poderosas.
Es vital, entonces, cuidar nuestra salud, y una forma básica, rápida y fácil es por medio de una buena alimentación.
Muchos de los alimentos que consumimos diariamente contienen gran cantidad de nutrientes y vitaminas.
La leche es uno de ellos. Compuesta por 88% de agua, 4,5 % de hidratos de carbono y rica en vitaminas y minerales como vitaminas A, B2, D, magnesio y potasio es un alimento muy nutritivo, fundamental para aportar calcio a nuestro cuerpo y así mantener nuestros huesos y dientes fuertes y sanos.
Es tan importante que es el primer alimento que consumimos cuando nacemos y el que seguimos consumiendo a lo largo de nuestra vida, aun en la vejez.
Pero la leche también es una poderosa aliada a la hora de hablar de estética y belleza. Gracias a sus propiedades le brinda suavidad y luminosidad a la piel, ayuda a hidratarla y relajarla. Se puede usar como máscara de limpieza y como exfoliante, y junto con la miel sirve para darse un baño reparador. Hoy la encontramos combinada en muchos productos como el champú, jabones y cremas, y en fórmulas anti-envejecimiento. Por algo la bella Cleopatra la usaba en sus baños para mantenerse joven y radiante.
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