Pintarse las uñas en una tradición muy antigua, que nos ayuda a vernos bonitas, además de ser una forma de entretenimiento y relajación. No solo las mujeres nos pintamos las uñas, los hombres, principalmente adolescentes, por moda o porque les gusta, cada vez más lo realizan y forma parte de sus preocupaciones estéticas.
Todas hemos utilizado y sentido ese fuerte olor del esmalte de uñas, que muchas veces nos ha hecho ir corriendo a abrir la ventana, o nos hemos sentido mal después de un rato. El esmalte de uñas es un cosmético tóxico, quizás el más tóxico que hay, ya que incluye sustancias como formaldehido, acetona, tolueno, ftalatos, que afectan nuestro sistema nervioso y respiratorio. Incluso otras sustancias, las benzofenonas, pueden inducir cáncer.
Si aplicas el esmalte en un lugar con ventilación inadecuada te sentirás un poco mal, pero no te pasará nada. El problema está en utilizarlo muy frecuentemente, por lo que aplicarse esmalte varias veces a la semana no es lo indicado.
El removedor de esmalte de uñas también es un problema, ya que también contiene sustancias tóxicas. Se recomienda que no lo utilices más de dos veces al mes. Es mejor que retoques el esmalte, si hace falta, a que apliques removedor. Cuando compres un removedor, evita los que contengan acetona, ya que secan las uñas y afectan la salud de tus manos. La acetona es muy tóxica, tanto para los ojos, como para el sistema nervioso y los pulmones, por lo que de preferencia debes evitarla, pero si no puedes, debes realizar tu manicure en un ambiente ventilado.
Como todo, el exceso es el problema. Si utilizamos el esmalte de uñas con moderación y con las medidas de ventilación adecuadas, además de preferir aquellos que no contienen las sustancias más tóxicas, podremos disfrutar de unas uñas agradables, tal y como las queremos, y conservaremos nuestra salud.
No hay comentarios:
Publicar un comentario