Tiroides y problemas de peso


Existen personas que por más dieta y ejercicio que hagan, no logran bajar de peso y, por el contrario, personas que por más que comen –sin hacer mucha actividad-, no logran subir esos kilos de más que tanto les alegrarían.

En estos casos lo más seguro es que se trate de un problema con la tiroides y no tenga que ver mucho con el tipo de alimentación o dieta que se siga. El problema está relacionado directamente con el funcionamiento de esta glándula (situada en la parte frontal del cuello, debajo de la laringe) y encargada de: (1) regular el metabolismo, (2) producir proteínas y (3) controlar la sensibilidad del cuerpo a otras hormonas.

Las dos situaciones opuestas que pueden ocurrir son: hipertiroidismo, en el cual la glándula no logra producir suficiente hormona tiroidea, o hipotiroidismo, en donde la glándula libera demasiada cantidad de hormonas.

Es importante determinar qué tipo de padecimiento se tiene para de esa forma tomar el tratamiento adecuado indicado por un endocrinólogo y evitar estos problemas.
Hipotiroidismo

Los síntomas del hipotiroidismo son: estreñimiento, depresión, fatiga, menstruación abundante, dolor muscular y aumento de peso. Aquí los pacientes presentan retención de líquidos, sensibilidad al frío y subida de peso involuntario. Asimismo, el cabello se vuelve frágil, las uñas quebradizas y la piel termina presentando un aspecto seco.

Estas personas se concentran con dificultad, su habla es pausada y sus movimientos lentos; hay calambres corporales frecuentes y en algunos casos también es posible la depresión.
Hipertiroidismo

Los síntomas del hipertiroidismo son: fatiga, bocio, exceso de apetito, sudoración, menstruación irregular, inquietud y pérdida de peso. En estos casos la enfermedad provoca un aumento del metabolismo, con lo que los pacientes presentan mucho apetito, comen en demasía y aun así su peso permanece por debajo de lo normal.

Los pacientes son más sensibles al calor ambiental (debido al metabolismo tan acelerado) y presentan evacuaciones intestinales más frecuentes, aunque sin llegar a ser diarrea.

Fuente: Reforma. Salud

Imagen: flickr

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