Cómo dejar de comernos las uñas


Hay un inmenso número de personas que tienen incorporado el pésimo hábito de comerse las uñas.

Ya sea por estrés, por aburrimiento o por ansiedad, se trata de algo sumamente perjudicial tanto para nuestros dedos como así también para nuestra mente. No sólo nuestras uñas, dedos y cutículas lucen afectadas e infectadas, sino que también se ve perjudicada nuestra autoestima y nuestra capacidad autocontrol.

Por estos motivos les presentamos algunos trucos para dejarnos de comer las uñas:
Lo primero y más importante es el tomar la decisión de dejarnos de morder las uñas. Para esto no hay ninguna táctica ni estrategia más que la de ser firmes con nosotros mismos y comprometernos a no llevar más nuestros dedos a la boca.
Otro buen consejo es el de elegir un día para dejar de comernos las uñas y marcarlo con un círculo en el calendario para recordarnos a nosotros mismos en los días previos que estamos cada vez más cerca de dar el paso.
El día previo a la fecha elegida debemos ir a una manicura profesional o en todo caso hacernos nosotros mismos la manicura para dejar nuestras uñas lo más bonitas y arregladas posibles.
Los primeros días sin comernos las uñas pueden llegar a ser difíciles, por ello debemos estar constantemente recordándonos a nosotros mismos que debemos mantener las uñas lejos de la boca.
Un buen tip para evitar el impulso de mordernos las uñas es el limarlas constantemente y además humectarlas con crema para que estén lisas y suaves, y de este modo no presenten zonas que nos den ganas de morder.
También podemos hacer una lista de todas las razones por las que debemos dejar de mordernos las uñas e imaginarnos constantemente lo bellas que serán cuando crezcan.
Pedir ayuda es algo que no debemos descartar. No debemos tener miedo de pedir a familiares o amigos que nos alerten y si es necesario que nos griten cuando nos vean con los dedos en la boca.
Si todos esto falla no debemos pensar que no tiene solución ya que existe la alternativa de esmaltes amargos con sabores desagradables que ayudan a evitar la masticación.

Bien sabemos que es difícil el abandonar un hábito tan arraigado, pero debemos tener en mente que el modificarlo puede ayudar de gran forma a nuestra autoestima, a mejorar nuestro autocontrol, a vernos más saludables y además a tener manos más atractivas a la vista de los demás y de nosotros mismos.

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