La Decisión Vocacional Correcta


La decisión vocacional correcta exige hacer una elección lógica de carrera, que obligue a profundizar en el conocimiento personal y en las posibilidades de formación que brinda el contexto; a elaborar un proyecto de vida profesional y personal, a elegir un estilo de vida, a tener conciencia de las necesidades de la sociedad e interés en participar en su desarrollo.

El adolescente que desea cursar una carrera universitaria atraviesa una etapa que le demanda definiciones cuando aún no se conoce a si mismo, está lleno de dudas, se siente inseguro e incapaz de enfrentar grandes desafíos. Sin embargo, esta es la oportunidad que tiene de aprender a decidir en forma correcta en base a la lógica.

Las opciones son muchas pero no deben ser analizadas desde un solo aspecto sino que también se tendrán que tener en cuenta las posibilidades laborales inmediatas que brindan las distintas profesiones en ese momento.

Es necesario que los jóvenes piensen con claridad sin abandonar sus propios deseos y sin perder de vista a la realidad, manteniendo el entusiasmo y el optimismo para construir su propia vida, teniendo la oportunidad de formarse adecuadamente para lograr una perspectiva del mundo más amplia y poder participar con mayor eficacia.

La elección de carrera es también un proceso de maduración que implica la elaboración de una identidad profesional, que abarca una dimensión psicológica y filosófica y requiere un planteo existencial.

El adolescente alcanza este objetivo por medio de una actitud reflexiva que es la que le permite tomar conciencia de si mismo y de su medio ambiente.

Durante este proceso los jóvenes deben mantener su autonomía, estar dispuestos a someterse a las pruebas necesarias para un mayor auto conocimiento, a informarse adecuadamente sobre las carreras que le interesan, dándole importancia relevante a los intereses de la comunidad a la que pertenece, porque el concepto básico de la orientación vocacional es relacionar la vocación con la profesión y el trabajo.

El auto conocimiento representa las necesidades y las motivaciones, las aptitudes, las capacidades, el rendimiento, los métodos de estudio la disposición y la aplicación.

En cuanto a las condiciones del contexto, significa tener conocimiento del estado actual y las posibilidades de futuro de la sociedad y de la región, de los planes nacionales y del panorama que ofrecen las perspectivas a mediano plazo.

Una decisión vocacional es un proceso individual y social, porque influye en ella la familia, las instituciones de esa comunidad, el momento histórico, el nivel de desarrollo económico y toda la situación social general.

En los tiempos actuales es común observar en los jóvenes una actitud pesimista con respecto al futuro, una falta de ideales y una ausencia de motivación y de horizonte.

Esforzarse parece ser una conducta propia del pasado, porque los jóvenes adoptan la actitud de vivir un presente eterno sin ninguna intención de proyectar un mañana ni imaginarse como adulto, ahondando esta forma de pensar, la brecha generacional con sus mayores.

La decisión de asumirse como adultos responsables, se va postergando indefinidamente, manteniendo la actitud de un adolescente que depende de sus padres, incapaz de decidirse a desprenderse y forjarse un futuro.

El individuo debe lograr su autonomía y la oportunidad de colaborar de alguna manera en el proyecto colectivo de la sociedad en que vive, para consolidar su personalidad y sentirse incluido.

El rol de los padres es importante para la toma de decisión y aunque sus expectativas tal vez resulten inadecuadas, el adolescente las necesita conocer y no permanecer ajeno a ellas.

Lo ideal es que los padres acompañen el proceso dejando al hijo avanzar en su autonomía y asumir su responsabilidad.

Es necesario que puedan lograr la distancia suficiente para ver al hijo como otra persona diferente, con derecho a elegir, y a la vez centrarse más en el propósito último de todo padre que es ver que sus hijos se desarrollen y se conviertan en personas felices y útiles para la sociedad.

Lo mejor será que los padres intervengan cuando se presente la oportunidad y más aún si su opinión es requerida por sus hijos.

Fuente: “Orientación Vocacional”, Ariel E. Bianchi.

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