La suavidad de tus manos


A partir de ello, se lanzan al mercado cientos de productos que apuntan a mantener su belleza, basada, sobre todo, en la suavidad y tersidad. Si bien ellos no revelan un perjuicio para la salud, es importante tener en cuenta algunas cosas para que el cuidado sea más natural.

En gran medida, las soluciones químicas con que están compuestos estos productos tienden a debilitar antes que proteger la piel de las manos, al volverla dependiente de ellas. Como es sabido, la fortaleza de la piel tiene que ver con la coordinación entre una buena absorción por vía externa y, fundamentalmente, una imprescindible hidratación interna.

La fórmula indicada que se relaciona con la salud siempre implica el cuidado natural, combinación entre las exigencias físicas y la protección frente a las condiciones externas. Esa fórmula es, pues, fruto de dicha coordinación, siempre teniendo en cuenta tanto la superficie (áspera, seca) como el interior (buena o mala circulación, buena o mala hidratación).

Por ello, es preferible la práctica de ciertos cuidados naturales para las manos, basados en la utilización de materiales orgánicos provenientes de la naturaleza. El agua tibia mezclada con sal, el aloe vera y el zumo de limón, son algunos de ellos.

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